Reconozco que en los últimos años me siento un poco el Grinch de la Navidad. Pero quizás no me gusta la Navidad de estos últimos años, en los que todo se basa en el consumismo, enormes comilonas que te dejan el cuerpo descolocado y compromisos. Uno se pasa el día de Navidad corriendo de un lado a otro para llegar a todos lados, sin disfrutar en ninguno.
"Pero no siempre he sido un Grinch, si echo la vista atrás recuerdo con nostalgia ciertos momento en casa de mis padres disfrutando en el sofá viendo el concierto de Navidad con mi padre o el salto de sky. o Cómo ya os conté en este post, uno de los día más felices del año era el desayuno con pan tostado y chocolate la mañana de Navidad.
Añoro una Navidad sencilla, disfrutando de las cosas simples ¿Qué necesidad hay de gastar una cuenta interminable de supermercado o de estar todo el día cocinando? Cuantas veces le habré oído decir a mi marido que prefiere unos huevos con patatas y disfrutar todos sentados en la mesa en vez de los innumerables paseos del anfitrión hasta la cocina.
O las quejas de los pequeños que serían felices con unos macarrones en vez de un extraño pavo trufado o bacalao al pil pil
Por eso os traigo cual sería mi comida ideal para el día de Navidad. Una sencilla fundue en la que cada cual se sirviera lo suyo, donde la conversión, la compañía y la risas fueran las protagonista. Una comida en la que se echase la noche y la luz de las velas nos acompañasen mientras los peques juegan en el salón.....Sin prisas, sin tener que levantarse de la mesa para fregar cientos de platos, cubertería o cristalería.
Cómo le comentaba a mi compi Miren al ver su delicada y sencilla mesa para una Navidad diferente con un delicioso menú con pasta. Lo importante no es el pavo, los langostinos.......son la compañía, la risa, los chistes malos contados por los peques y no tan peques, las canciones que unos cantas y otros intentan....🙉
Esas Navidades que recuerdo en casa de mis abuelos (no aptas para Instagram) en lo que lo de menos era la comida o el postureo y si hacías ruido el vecino de abajo subía con una botella de lo que fuera y se unía a la celebración.
Dejamos atrás los deseos y las ganas de que la Navidad de cada uno, sea la soñada y no la impuesta, y nos centramos en la decoración de la mesa de mi Navidad alternativa.
Cómo cada año la empresa Vileroy & Boch me cede la vajilla y cristalería que estará presente en mi mesa durante las celebraciones de Navidad.
Así como el año pasado opté por la colección Althea, una delicada vajilla con preciosos motivos florales que aporta una perfecta mezcla de naturalidad y elegancia. Este año he preferido algo más informal que añada un estilo artesanal y con cierto aire de cabaña en la montaña. Una estética perfecta para una celebración de Navidad al aire libre. Eso si bien abrigados y con estufa.
La decoración de la vajilla Artesano Montagne se inspira en los dibujos de la lana de los jerseis típicos de Noruega. El copo de nieve y el pequeño diamante, en un gris cálido y un diseño rojo sobre cerámica blanca, motivos rústicos y gráficos al mismo tiempo que hacen hincapié en el carácter artesanal de la forma del plato.
Por su parte la madera de la bandeja de pié o la bandeja para los pequeños cuencos de salsa aportan esa rustica naturalidad que hace de esta colección una maravilla tanto para Navidad como para cualquier día de este otoño-invierno.
Por su parte las copas de cristal son de la serie Boston, Una cristalería tallada que encaja a la perfección con cualquier atmósfera. Y que me encanta integrada en esta fundue improvisada y sin pretensiones que añoro para Navidad.
"Espero que mis hijos añoren de mayores los días de Navidad con sus padres y no solo recuerden los platos de langostinos y los regalos....la Navidad es mucho más. Al menos en mi recuerdo.
Janire
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