Además de aportar color y belleza a la mesa de mi terraza, sus frutos son una mezcla exótica de agridez y dulzor que se come entera, con piel. Son ideales para preparar un rico Gin-tonic o un coctel........aún no he preparado ninguno acompañado de sus pequeñas naranjas, pero ya te contaré.
Si te gusta lo puedes cultivar también en el interior de tu casa, cerca de una ventana con sol y claridad, o teniendo la precaución de sacarlo al balcón unas horas al día.
Como hace unos días tan solo que forma parte de mi espacio exterior, aun no se que tal se comportará con mis cuidados, pero yo ya he estudiado lo que le conviene para crecer y dar muchas pequeñas naranjitas.....te cuento.
Este naranjo cultivado en casa rara vez llega a tener una altura o anchura superior a 90 cm.
Asegúrate que reciba de 6 a 8 horas de luz natural todos los días. Si lo tienes en el interior, lo ideal es colocar el árbol frente a una ventana con orientación al sur y debes evitar exponerlo a corrientes de aire frío repentino.
Si es posible, durante los meses de verano, saca tu árbol a una terraza o en el patio donde esté al aire libre en algún lugar soleado. Esta porción extra de luz y calor promoverá su crecimiento y producción de fruta.
Contra plagas, inspecciona tu árbol
con frecuencia y adopta las medidas que para protegerlo sean
necesarias. El Calamondín es susceptible a las arañas termita, las
cochinillas, los pulgones, piojos e insectos trepadores.
Riega
tu Calamondín moderadamente según su crecimiento y temporada. Por lo
general, estos árboles requieren de un riego profundo, al grado de
empapar las raíces, una vez cada 10 días. Reconocerás el momento si al
tocar la capa superior del suelo, la sientes seca. Sin embargo, los
árboles, que se cultivan afuera con luz y clima cálido, requieren un
riego más frecuente, de 2 a 3 veces por semana.
En
verano, durante los períodos álgidos de crecimiento, alimenta tu
Calamondín una vez al mes con un fertilizante altamente ácido. En otras
épocas, si lo fertilizas una vez cada 3 meses, será suficiente.
Alternadamente, puedes introducir un fertilizador de liberación lenta al
comienzo de la primavera y abonarlo una vez al mes durante el verano.
Imágenes: Ayuda a decorar
¿Te animas a tener tu propio calamondín o naranjo chino enano?
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