Hace ya un par de años descubrí esta casa con nombre propio Villa Mandarina. Esta vivienda representa la luz, el color y el paisaje del verano, al menos para mí que soy una enamorada del mar y el estilo de vida Mediterránea.
Su enclave no puede ser mas privilegiado, ya que se encuentra situado en Casares, un pueblo de la provincia de Málaga en el sur de España. El intenso azul del Mar Mediterráneo y del cielo se refleja en sus blanca paredes inundando todo el espacio con una luz muy especial.
Los espacios exteriores de Villa Mandarina están rodeados de naturaleza, vegetación y espacios destinados al relax para poder disfrutar de las envidiables vistas al mar.
El color blanco es el protagonista absoluto de esta vivienda, tanto en el exterior como en el interior, colándose en cada rincón, creando una atmósfera luminosa, fresca y serena.
Su sencilla decoración salpicada de elementos decorativos de carácter étnico hacen de cada estancia un espacio único y repleto de encanto. Las escasas notas de color las aportan los textiles, en tejidos ligeros y naturales.
¡Te dejo disfrutando de este remanso de luz, descanso que respira verano!
Si te a gustado esta vivienda no te puedes perder este cobertizo en Formentera....lo cierto es que no sé cual de las dos me apasiona más.
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