En estos días de agosto tengo la intención de compartir casas de pueblo. De esas que nos encontramos por toda España y que personalmente me recuerdan a mi niñez. Casas maravillosas con grandes muros de piedra, perfectas para mantener su interior fresco....Que envidia para días como hoy.
Viviendas que esconden increíbles patios interiores, como esta casa en Sitges que descubriremos este lunes.
Super oscura, depresiva, plagada de humedades y con un patio que parecía una selva. Con este panorama se encontró su propietaria cuando visitó por primera vez esta casita en Sitges. ¡La transformación fue radical!
La prioridad eran sus 80 m2 de patio, transformados de selva intransitable a un oasis en el que se hace la vida.
Una vez reformado el exterior se centraron en la rehabilitación de sus escasos 60 m2, ya que no se trata de una típica casa de pueblo estrecha y alargada de varias plantas, sino de una planta baja.
Esa cueva oscura y desaprovechada se convirtió en una casita llena de luz, con espacios optimizados y soluciones casi mágicas. El gran acierto y lo que le da ese encanto especial es la madera que reviste paredes y suelo y el cañizo que cubre el techo. Todo, en blanco. La estilista se inspiró en las casas de Los Hamptons, pero con un punto más rústico, sin perder de vista el estilo rural, con madera raw y toques vintage".
Vía: El mueble
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