Con este cottage escandinavo me pasa lo mismo que con Villa Mandarina, hacía tiempo que lo tenia fichado para enseñarlo en la ocasión adecuada.
¡Nos colamos en él para disfrutar de su delicado estilo escandinavo!
Sus escasos 45 m2 repletos de encanto, dulzura y buen gusto están diseñados y distribuidos al milímetro, dando sensación de amplitud. Desde luego una vez en su interior no parece que nos encontremos en un módulo prefabricado de tan escasos metro.
La zona principal de este cottage lo ocupa salón-comedor que comparte espacio con la cocina. ¿ Os habéis fijado en la original mesa multiusos que sirve para comer, zona de trabajo.......? Incluso las sillas de metacrilato transparente contribuyen a no agobiar el espacio.
El mayor número de metros se ha destinado al living y cocina, por lo que el dormitorio, como ya podréis comprobar con la imágenes mas adelante, es muy pequeño, lo justo para albergar una cama y algo de mobiliario de almacenaje.
Como podéis observar el blanco es el color protagonista una vez mas y gracias a las grandes ventanas, la luz se expande por todos los rincones consiguiendo una claridad sin igual. Los textiles en la gama de grises aportan un delicado contraste y la madera clara da calidez a cada espacio.
Y si el interior no gusta........¿Que me decís de su exterior?
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