Esta casa Mallorquina esta construida de forma esplendida donde los volúmenes, revestimientos y espacios discurren del exterior al interior sin limites. Los lucernarios, revestimientos de piedra, paredes a media altura y un suelo continuo de hormigón pulido contribuyen a la unificación de ambos espacios.
El blanco de la decoración se anima con suaves variantes cromáticas, como el tono de las mesas auxiliares, realizadas con maderas antiguas, o los chispazos en rojo vivo de los pufs situados junto a ellas.
El dormitorio en colores nata y fresa pone un punto de romanticismo en el dormitorio principal. Cristaleras, maderas claras, colores pastel... crean un ambiente fresco y amable en el dormitorio.
Impresionantes vistas y muy bonita la casa
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