Para encontrar el paraíso no hay que irse muy lejos, esta casa en la isla de Formentera representa todo lo que busco para pasar el resto de mi vida. Un oasis de luz en cada rincón de este cobertizo convertido en vivienda. Su exterior transformado en un delicioso espacio chill-out con muebles y elementos étnicos recopilados de los viajes de sus propietarios a Bali, Marruecos y Sumatra es realmente inspirador. El cemento teñido, las vigas vistas, la madera decapada, los cantos rodados y las paredes encaladas
son materiales naturales que potencian la sensación de frescor y
responden a la intención de los propietarios de mantener el espíritu de
la arquitectura rural de la isla. El resultado es armónico y equilibrado con el entorno gracias a espacios con encanto en los que reina la tranquilidad.
Esto si es el paraiso!!
Vía
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