La planta alcanza una altura de entre treinta y sesenta centímetros, aunque hasta la primavera, su tallo, hojas y flores se encuentran encerradas de forma comprimida dentro del bulbo. La parte más llamativa del tulipán es su flor, especialmente apreciada por la gran cantidad de colores en que existe. También hay especies bicolores que proporcionan una gran alegría al jardín.
Al contrario de lo que se suele pensar, el tulipán es una planta bastante resistente, aunque siempre se desarrolla mejor en suelos bien drenados, por lo que hay que evitar situarlos en lugares que se encharquen con facilidad. Además, conviene utilizar una mezcla de arena de río, mantillo y sustrato. En lo que al riego se refiere, es necesario que la tierra se encuentre siempre húmeda, por lo que hay que suministrar agua de forma regular. Sin embargo, no se hace necesario pulverizar las hojas ni las flores.
Es conveniente saber que esta planta requiere de abundante luz solar, por lo que su lugar idóneo se encuentra en un lugar iluminado del jardín. Por otro lado, es preferible regar el tulipán con un fertilizante especial para plantas con flor después de la floración para que se mantenga fuerte. Por último, hay que explicar que no es posible plantarlo en el mismo lugar dos años seguidos, ya que agotan las reservas del suelo.
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