En Suecia, cerca de Branteviksgatan, nos encontramos esta imponente casa de estilo escandinavo y decorada con cierto minimalismo. La vivienda esta construida en una sola planta de 180 metros cuadrados, con amplias estancias y enormes ventanales que dejan pasar la luz natural a su interior, resaltando aún más el blanco de su decoración. El salón constituye el corazón de la vivienda, de carácter abierto en el que se combinada la zona de comedor, cocina, y zona de estar. Dispone del mobiliario y elementos decorativos justos, pero cada pieza posee carácter que se transmite al conjunto decorativo. En cuanto a los colores, sobre una base blanca se instaló el mobiliario en colores neutros y madera natural, con tímidos matices de los textiles, en colores cálidos, como rojizos, naranjas o mostazas.
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